Nuestras Bodas de Oros

Pedro E. Cózar Estévez - Maria de la Luz Murillo Valencia

20 marzo 1961-20 Marzo 2011

Cincuenta años han pasado desde que nos unimos en matrimonio,
el tiempo inexorable pasó pero nosotros lo hemos hecho regresar,
porque hoy celebramos  “Nuestras bodas de oro”.

Jamás podremos olvidar las promesas que aquel día nos hicimos.
En nuestros corazones están los recuerdos vividos.

Me miro al espejo y me veo  que estoy viejo y maltrecho, me
creció grande la panza y el pecho, pero mucho más el corazón.
Con lágrimas de emoción leo estas  palabra, dejando que mi mente
 se abra y que afloren los recuerdos, esos recuerdos que se
 fueron pero vuelven a nosotros remozados.

Recuerdos que están guardados en cofre de oro y plata,  que son
las flor y nata de como vivimos nuestras vidas, es posible  así
consiga del corazón poder sacar, lo que  con amor supimos
 guardar como la más preciada joya.

Les digo una gran verdad, cincuenta años qué pocos son, para
 quienes tuvimos el don de lograr mantenernos unidos, puede
decirse que hemos vivido más de la mitad de nuestras vida,
 dando en nuestros corazones cabida al sentimiento más
profundo que un ser humano pueda dar.

En el jardín del amor fecundo sembramos cinco semillas, recorrimos muchas millas entre espinas y también flores, pero a todos los sinsabores supimos dejarlos de lado, y nuestras cinco hijas se criaron compartiendo nuestra vida.

Lágrimas se me  van cayendo seguro que no son de tristeza, son
 las lágrimas de nobleza porque al escribir jamás miento.

Recuerdo a los seres queridos que nos han ido dejando en nuestro camino, una hermana muy joven y unos padres con los noventa años mas que cumplidos.

Yo pido disculpas para quien solo en la familia ha pensado.

El medio siglo que ha pasado con nuestras hijas de compañía, a Dios tenemos que agradecer seguir viendo el sol salir cada día.

Y cuando miro a esta mujer que es madre excelente, me dirijo a
mis cinco hijas para que griten fuerte:

¡¡¡¡Viva la Madre que os parió!!!!